Dormimos, descansamos, a veces comemos, trabajamos o miramos pelis desde la cama. El colchón es parte de nuestra rutina diaria, pero suele ser el gran olvidado cuando hablamos de limpieza del hogar. Está ahí, silencioso, sosteniéndonos cada noche… hasta que un día aparece una mancha, un olor raro o nos damos cuenta de que ya no se siente tan cómodo.
La buena noticia es que no hace falta hacer magia ni usar productos carísimos para cuidarlo. Con algunas acciones simples podés mantener tu colchón limpio, fresco y en buen estado por muchos años. Y sí: se nota en la calidad del descanso.
Primero lo primero: airearlo todos los días
Antes de estirar la sábana, tomate un momento para que el colchón “respire”. Abrí la ventana y dejá que el aire circule unos minutos. Parece un detalle menor, pero es clave para que la humedad que se genera mientras dormimos no se acumule.
Si vivís en una zona muy húmeda o con poca ventilación, sumar un deshumidificador una vez por semana también ayuda a mantenerlo seco y libre de olores.
¿Polvo? Que no se acumule
Aunque lo cubras con sábanas limpias, el colchón igual junta polvo y ácaros. Por eso, una vez al mes (sí, solo una vez), pasale la aspiradora con el accesorio de tapicería. Hacelo con cuidado, recorriendo toda la superficie y especialmente los bordes, que suelen ser los más olvidados.
Este hábito mejora muchísimo la higiene general del lugar donde dormís. Y si sos alérgico o convivís con mascotas, es doblemente importante.
¿Manchas? No entres en pánico
Todos nos hemos manchado la cama alguna vez. Café, té, transpiración, maquillaje o incluso accidentes de los más chicos. Lo importante es actuar rápido.
Podés armar una mezcla casera súper efectiva con:
- Bicarbonato de sodio
- Vinagre blanco
- Agua tibia
Rociás la mezcla con un atomizador sobre la mancha (sin empapar), dejás actuar unos minutos y secás con un paño limpio. Nunca mojes el colchón por completo: la humedad profunda es difícil de sacar y puede generar moho.
Giralo, rotalo, cuidalo
Muchos colchones tienden a deformarse con el tiempo. Para evitarlo, es ideal girarlos (de pies a cabeza) y rotarlos (de lado a lado) cada dos meses. Esto ayuda a que el peso se distribuya de forma pareja y el colchón mantenga su forma original por más tiempo.
Algunos modelos solo se giran y no se rotan, especialmente los de una sola cara. Si tenés dudas, podés consultar con el fabricante o con nosotros directamente.
Tu mejor aliado: el protector
Invertir en un buen protector de colchón es una decisión inteligente. Los hay impermeables, transpirables y hasta con regulación térmica. Protegen contra manchas, sudor, polvo y alergenos… y lo mejor: se lavan fácilmente.
Si querés simplificarte la vida y cuidar tu colchón sin estrés, un protector es un básico que no puede faltar.
¿Y el sol? También ayuda
Una vez cada tanto, si tenés un balcón, terraza o una buena ventana, aprovechá para exponer el colchón al sol unas horas. La luz solar elimina naturalmente bacterias, humedad y olores. Con dos o tres horas alcanza. Más tiempo puede afectar la tela o la espuma, así que no es necesario dejarlo todo el día.
¿Hace falta una limpieza profunda?
Depende del uso y de tu estilo de vida. En general, una limpieza profunda cada 3 a 6 meses es suficiente. Pero si tenés mascotas que duermen en la cama, sos alérgico, vivís en un ambiente húmedo o usás la cama para todo (trabajo, mate, comida mirando una peli, etc.), podés hacerlo con más frecuencia.
Cuidar tu colchón también es cuidar tu descanso
Un colchón limpio no solo se ve mejor: se siente mejor. Dormís más cómodo, evitás alergias, alargás su vida útil y mejorás tu bienestar general. Y lo más importante: cuidás el lugar donde cada día empieza y termina.
En Royal Bed creemos que el descanso de calidad se construye desde los hábitos. Y si después de leer esto sentís que tu colchón ya dio todo lo que tenía para dar… quizás sea momento de renovarlo.
Entrá a nuestra tienda online y descubrí el modelo que se adapta a vos. Dormir bien empieza por elegir bien.